4 LAXANTES Y PURGANTES
4.2 LAXANTES Y PURGANTES NO ANTRACÉNICOS
HIBISCO (Hibiscus sabdariffa)
Parte usada:
Flores (cáliz y calículo).
Características:
Hojas alternas,
simples, de ovaladas a lanceoladas, a menudo con margen serrado o lobulado.
Flores largas,
conspicuas, con forma de trompeta, con cinco pétalos, de tonos blancos a rosas,
rojos, morados o amarillos, de 4-15 cm de tamaño.
Fruto: cápsula
que contiene varias semillas en cada lóbulo, que son liberadas cuando la
cápsula madura se abre.
Composición
química:
Polisacáridos.
Ácidos
heterogéneos.
Numerosos
compuestos fenólicos: O-glucósido en C-3 de la gosipetina, antocianósidos
(heterósidos del delfinidol y cianidol).
Elevado
contenido en ácidos orgánicos (15-30%): ácido cítrico, ácido málico, tartárico
y lactona hidrocicítrico.
Ensayos:
CCF (cromatografía de capa fina) de los
antocianidoles sobre un cocimiento de clorhídrico.
Para ser
oficinal debe contener como mínimo 13,5% de ácidos (calculados en ácido
cítrico) y el 40% de materias extraíbles en agua.
Propiedades:
Espamolítica y
angioprotectora por la presencia de antocianósidos.
Por vía oral se
usan los cálices y calículas de hibisco para la astenia funcional y para
facilitar el aumento de peso.
Infusión:
efecto laxante debido al alto contenido de ácidos orgánicos.
Extracto acuoso
de las hojas con efecto relajante de la musculatura uterina y con efecto
hipotensor.
Indicaciones:
Espasmos
gastrointestinales, estreñimiento, falta de apetito, dispepsias hiposecretoras,
disquinesias hepatobiliares, gastroenteritis, hipertensión, fragilidad capilar,
varices, hemorroides, ansiedad, insomnio, refriados y gripe.
Formas de
uso:
Uso interno:
infusión, extracto fluido, tintura y extracto seco.
Precauciones:
A dosis
elevadas en abortivo por lo que no deben usarlas personas embarazadas ni
lactantes.
Muchos
preparados contienen alcohol por lo que se debe de evitar su uso en niños
pequeños o en personas que estén sometidas a tratamientos de desintoxicación.
Existen muchas
especies de hibisco, por lo que es necesario saber con certeza que es una de las especies adecuadas y no una
tóxica.
Por sus
contraindicaciones y por presentar propiedades ligeramente alucinógenas, se
prefiere sustituir el hibisco por otras malváceas más seguras como la malva
silvestre o el malvavisco.
Bibliografía:
Farmacognosia.
Fitoquímica. Plantas medicinales. Autor: Jena Bruneton.
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